Y los espacios para la cultura, dónde están?
Nos damos cuenta de que en esta sociedad, vivir de las Artes puede ser muchas veces algo complicado, pero no imposible. Todas las personas que estamos leyendo este Artículo, tenemos una firme convicción de que los procesos artísticos y culturales pueden mejorar condiciones de vida, pueden transformar realidades negativas en esperanzas poderosas, pueden volvernos mas sensibles para reconocer lo valiosos que somos, pueden disminuir riesgos de inseguridad ciudadana, las Artes son fundamentales para nuestras sociedades, por eso y a pesar de todas las debilidades que nos atañen como humanidad, seguimos aqui, perseverando en nuestros procesos creativos y procurando reconocer las alternativas diferentes que construimos día a día, para obtener resultados distintos que si funcionen.
A pesar de tener la necesidad permanente, en nuestra ciudad de Ambato, de insistentemente continuar procurando obtener una respuesta positiva por parte del Ministerio de Educación, al cual desde hace ya dos años aproximadamente, la Casa de la Cultura de Tungurahua, institución compentente para fortalecer procesos culturales en la provincia, viene exigiendo la activación de nuestros Teatros, espacios que frente a los ojos ciudadanos se están cayendo a pedazos, a pretextos incomprensibles administrativos de las autoridades de turno que prefieren ver morir estos Teatros maravillosos que pertenecen a nuestras poblaciones, en especial a quienes están vinculados con las Artes y la Cultura.
Empero de las tristes realidades que vinculan a la Cultura en nuestra Provincia, me resulta grato contarles, dentro de este empirismo al que queremos llegar, que tenemos la buena noticia, de que Tungurahua, junto con algunas otras provincias del país, logramos impulsar un Reglamento de Tarifarios para el uso de los espacios de las Casas de la Cultura a nivel nacional, una normativa que asegura la posibilidad de garantizar el derecho al trabajo de todos los artistas, gestores culturales, productores logrando generar la posibilidad de que puedan cobrar por sus puestas en escena, un Reglamento que garantiza el acceso más directo a los espacios que fueron creados para el fomento cultural, un Reglamento que marca un antes y un después en los procesos de producción en las Casas de la Cultura a nivel de todo el Ecuador. (O)