Y SI GENERAMOS ENERGÍA EÓLICA
Vivimos tiempos de racionamiento de energía eléctrica en el país y, debido a las circunstancias contamos con múltiples aportes de varios sectores que consideran diversas maneras de generar energía para evitar futuros apagones y una de ellas es la “eólica”.
Con esta alternativa, podríamos aprovechar en ciertos sectores, la fuerza o poder de las corrientes de aire para generar energía eléctrica, tan necesaria para las actividades que desarrolla el ser humano; China es un claro ejemplo de esta producción con 474.600 MW (megavatios), así como Estados Unidos con 150.455 MW, Alemania 69.475 MW e India con 44.736 MW.
Recordemos que el Ecuador requiere 5.000 MW para satisfacer, tan solo, la industria minera, mientras que el consumo promedio de energía para los hogares es de 138 Kw/h, siendo la mayor fuente de generación, la hidráulica (aporte del 92%), térmica (7%) y las no convencionales como fotovoltaica, eólica, biomasa, geotérmica (1%).
Con el fenómeno que estamos pasando y lo deteriorado de la economía ecuatoriana, se deben establecer políticas de estado con el objeto de prever suplir la carencia de energía en tiempos de sequía, pero esta debe emanar de una coordinación entre la empresa privada y la pública.
Quienes podrían ofertar la energía en diversas modalidades? tan solo el estado o es que necesitaríamos el aporte de la empresa privada (considero que el estado no es un buen administrador de ciertos sectores estratégicos y que no se debe satanizar la inversión privada por los precios que pagaríamos en las tarifas), si queremos ser productivos tenemos que atraer la inversión y aprovechar la tecnología.
Actualmente vemos que cada empresa trata de paliar la crisis y ver la manera de producir energía bajo diversas modalidades, pero sus costos están incrementando los precios de venta de sus productos, debido al gasto o “inversión” en motores generadores de energía, focos recargables, paneles u otros; me pregunto entonces, si actualmente pagamos un valor alto por la generación de energía en nuestras empresas y hogares y, esta no es permanente o fluctúa, no deberíamos analizar el ingreso de otro tipo de producción (inversión privada) a un costo que vendría para el análisis.