Yapingacho ambateño con sabor a matemáticas

Columnistas, Opinión

Las matemáticas suelen ser vistas como un tema complicado y aburrido, pero el profe Roberto
Camana encontró la forma perfecta de hacerlas entretenidas y sabrosas: ¡cocinando un yapingacho
ambateño con sus estudiantes de octavo año!


Desde el primer momento, la cocina se convirtió en un aula llena de números y cálculos. La primera
tarea fue analizar los ingredientes. Si necesitamos 1.500 gramos de papa, ¿cómo lo expresamos en
kilogramos?, preguntó el profe. Los estudiantes pensaron un poco y respondieron: ¡1.5 kg!. Así, sin
darse cuenta, estaban repasando conversiones de unidades.


Pero aquí no terminaba la lección. La receta estaba pensada para 5 personas, pero en clase había 10
estudiantes. Si queremos que todos coman, ¿qué hacemos?, preguntó el profe. Al aplicar la regla de
tres, los alumnos calcularon que debían duplicar cada ingrediente. Así, si la receta indicaba 1.500 g de papa, los estudiantes descubrieron que para 10 personas necesitaban 3.000 g.


Otro desafío matemático surgió al calcular los costos. Si el queso cuesta $4.00 por kilo, pero solo
necesitamos 500 g, ¿cuánto debemos pagar?”. Con una simple división, los alumnos determinaron
que costaba $2.00.
Cuando los yapingachos estuvieron listos, todos se dieron cuenta de algo importante: sin números, no habrían podido cocinar correctamente. Gracias al profe Roberto, las matemáticas dejaron de ser un problema y se convirtieron en una herramienta útil y hasta deliciosa.


Al final, los estudiantes no solo aprendieron a resolver problemas matemáticos, sino que también
disfrutaron de un plato típico ecuatoriano hecho por ellos mismos. Con esta experiencia, el profe
Roberto demostró que las matemáticas están en todas partes, incluso en la cocina. ¡Así da gusto
aprender!
(O)

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