Misa campal se retoma a los dos años
La devoción intacta hacia la Virgen del Tránsito. (Foto El Heraldo)
Dos años de pandemia impidió el normal desarrollo de la misa de acción de gracias en honor a la Virgen del Tránsito que se celebra a mediados de agosto.
El primer año fue virtual y el segundo año de pandemia se cumplió con aforo reducido y también se transmitió por redes sociales de la Diócesis de Ambato.
En esta ocasión, los fieles que jamás abandonaron su fidelidad a la Virgen que reposa en la iglesia central de Totoras, acudieron desde tempranas horas para obtener el mejor puesto para recibir la santa eucaristía.
Adultos mayores no dejaron su tradición de ubicarse frente a la tarima donde se instaló el altar con la Virgen. Pidieron por su familia, sus hijos y nietos y por el pan de cada día.
El obispo de Ambato, Monseñor Giovanny Pazmiño, presidió la misa y en su homilía resaltó que siempre le sorprende lo que la corona de la Virgen significa para quienes están presentes en la misa.
“Celebramos, ayer la solemnidad de Nuestra Señora de la Asunción, o más conocida como la Virgen del Tránsito. Esta fiesta es consecuencia de reconocer que en María no hubo mancha de pecado original y era necesario que ella no sufra la corrupción de la carne y por tanto, sea llevada en cuerpo y alma al cielo. Por eso, esta devoción proyectada en este lugar, es una devoción maravillosa, porque María representa a la iglesia, a cada bautizado y deberíamos como creyentes imitarla”, aseguró.
Además, el obispo motivó a decir, delante de santísima Virgen del Tránsito: ¿Quién soy yo para que venga a mí la madre de mi Señor?,. “Quienes somos nosotros, muchas veces humanos, débiles, pecadores, pero dispuestos a reconocer que con María y con su hijo Jesucristo podemos ir a cualquier lugar”, añadió. (I)
Las dignidades de belleza de la parroquia y los barrios realizaron las peticiones en las que se resaltó el pedido por la Iglesia universal, la Iglesia diocesana, los gobernantes, las parroquias, las familias y amigos.
Los priostes realizaron sus ofrendas del pan, las flores, el vino, los frutos, entre otras. (I)
