Solidarios con productores lecheros
Para ayudar a dinamizar la economía de los pequeños productores de leche en Píllaro, existen algunas industrias que prefieren adquirir el producto a ese sector, porque así, contribuyen a que no se genere desesperación y pobreza extrema, este es el caso solidario de Carlos Rodríguez Pazmiño, propietario de Productos Lácteos ‘San José’.
El empresario que opera desde Rocafuerte en la parroquia San Andrés, explicó que la iniciativa de acopiar y transformar la leche nació hace 44 años por parte de su padre José quien debió alimentar a seis hijos y además a sobrinos huérfanos. Laboró en la tienda de un pariente y observó que los clientes buscaban quesos y fue ahí donde surgió la idea de vender inicialmente leche y quesos a la Costa (Esmeraldas) de forma artesanal.
Hace 20 años, don Carlos y su esposa deciden tecnificar el emprendimiento y sumar estrategias de mercadeo para llegar a liderar la producción en Rocafuerte, siendo su principal mercado la ciudad de Guayaquil (Guayas); pero, a raíz de la pandemia, las cosas cambiaron y se debió diversificar la producción para también vender en la Sierra (Pichincha-Quito y los cantones de Tungurahua).
Don Carlos indicó, además, que cuando llega la leche a la planta, debe ser sometida a control de calidad (grasa, sólidos, proteína, verificación para que no tenga adulteración, peso, densidad, entre otros), para luego pasar a ser refrigerada a cuatro grados y luego destinarla a la transformación, ya sea en leche ultrapasteurizada y enfundada, o quesos (fresco, mozarella, maduro y más).
Después del confinamiento, reabrió el negocio y diversificó la producción y además tuvo la política de bajar el margen de utilidad y hacer que todos los sectores accedan a un producto tan básico y necesario como es la leche, por eso, su producto a más de ser de alta calidad y tener todos los permisos, lo comercializa a bajo costo, por ejemplo la leche enfundada tiene de tres marcas y vende en la planta en Rocafuerte entre 0,45 a 50 centavos, el queso fresco está a 2.80 dólares; el mozarella de dos kilos está a 10 dólares, el queso maduro, fresco, criollo se vende por libras, así ayuda a los sectores a que se nutran.
El 60% de su producción va a Guayaquil y el 40% a varios sectores de la Sierra. “Un pueblo bien nutrido tiene fuerzas para trabajar. Cuando exista sobre producción hay que ofertar al pueblo y no botar la leche”, acotó.
Verónica Moya se desempeña como ‘recolectora’ o ‘transportadora’ de la leche de los pequeños productores. Recibe de 60 personas y desde las 05:30 de la madrugada hasta las 11:30 horas desarrolla su trabajo y entrega diariamente 2.100 litros a la planta procesadora de lácteos ‘San José’.
La comercialización sobrepasa el consumo interno cantonal y por eso los destinos de venta son Guayaquil y Ambato preferentemente. La demanda laboral se concentra en tres empresas de producción media. En total, la industria láctea demanda de alrededor de 110 empleados, señaló el técnico municipal, Efraín Criollo. (I)